Pesca "el campanu" en El Piles pero lo devuelve al río porque se parecía mucho a su cuñado.
- Xosé Ballina

- 27 abr
- 2 Min. de lectura

La mañana prometía sidra, gloria y foto en el periódico, pero acabó en psicodrama fluvial de primer orden. Manolín "El Firme", conocido en el barrio por saber menos de pesca que de física cuántica, acudió al Piles cargado con su caña del Decathlon, una caja de bocatas de filete empanao, y la eterna ilusión de llevarse el Campanu.
Nada más lanzar, notó un tirón tan fuerte que le vibraron hasta los empastes. Tras un forcejeo que duró más que una folixa en Pravia, sacó del agua un bicho brillante y solemne, digno de procesión marinera. Pero cuando lo vio bien, le cayó el bocadillo al suelo:
—¡Coime! ¡Si ye Anselmo, el cuñáu! —gritó, palideciendo como un frixuelo a medio hacer.
El salmón, según fuentes visuales, tenía esa mirada entre superior y cansada que Anselmo suele poner en las cenas de Nochebuena, justo después de explicar por quinta vez que el VAR no favorece al Sporting porque todo ye un complot madrileñu.
Acojonado ante la idea de tener que invitar al bicho a discutir sobre la reforma laboral, la independencia de Cenero y si el cachopo de merluza cuenta como cachopo o no ("¡Faltaría más!"), Manolín decidió que no podía, en conciencia, quedarse con semejante espécimen. Tras un breve sermón improvisado sobre los derechos de los cuñados salmonoides, liberó al pez con honores, no sin antes prometerle que si algún día se hacía influencer, le daría like a todo.
Testigos afirmaron que, mientras se alejaba nadando río arriba, el salmón soltó tres coletazos que claramente significaban:
Llamáisme cuando haya sidra.
¡Puxa Sporting!
Nun vuelvo a casa ni pa la Fabada Day.
El Ayuntamiento, viendo el filón humorístico y turístico, ya planea declarar el tramo del Piles como "Área de Alta Cuñadez Biológica", donde se recomienda llevar cencerro para distinguir peces de parientes lejanos.
De momento, Manolín asegura que va a dejar la pesca y se está pensando apuntarse a jugar a la petanca, “que por lo menos los bolos no te miren como si supieran más que tú sobre geopolítica internacional”.




















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